La Iglesia normal
ISBN: 978-84-7228-798-X
Nee presenta en este libro una visión distinta de la Iglesia como cuerpo de Cristo que da al traste con prácticamente la totalidad de las tradiciones comunes. Afirma, entre otras cosas, que nunca fue parte del plan de Dios que que las iglesias se agruparan bajo etiquetas denominacionales y organizaciones confesionales de creación humana, sino que todos los creyentes de una misma población se agruparan en iglesias independientes la una de la otra en cada localidad y se gobernaran a si mismas. Lo apoya con multitud de textos bíblicos, como por ejemplo Apocalipsis 1:4, en el que Juan no se dirige: "a la iglesia en Asia" sino: "a las iglesias que están en asía".
Un libro polémico, sin duda, de los más polémicos entre todos los escritos por Watchman Nee. Pero que es preciso leer con detenimiento antes de emitir juicios de valor respecto a su visión y sus propuestas.
Nee presenta en este libro una visión distinta de la Iglesia como cuerpo de Cristo que da al traste con prácticamente la totalidad de las tradiciones comunes. Afirma, entre otras cosas, que nunca fue parte del plan de Dios que que las iglesias se agruparan bajo etiquetas denominacionales y organizaciones confesionales de creación humana, sino que todos los creyentes de una misma población se agruparan en iglesias independientes la una de la otra en cada localidad y se gobernaran a si mismas. Lo apoya con multitud de textos bíblicos, como por ejemplo Apocalipsis 1:4, en el que Juan no se dirige: "a la iglesia en Asia" sino: "a las iglesias que están en asía".
Un libro polémico, sin duda, de los más polémicos entre todos los escritos por Watchman Nee. Pero que es preciso leer con detenimiento antes de emitir juicios de valor respecto a su visión y sus propuestas.
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La tesis de Nee es que la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, (según se desprende de Efesior 1: 22-23), ha de mantener una relación orgánica entre todos sus miembros como miembros del Cuerpo, es decir, una relación entre todos aquellos que han creído en Cristo Jesús. Pero esto no significa una relación estructural u organizativa que las agrupe por etiquetas confesionales o denominaciones, etiquetándolos y separándolos unos de otros.
En el Cuerpo de Cristo no hay lugar para etiquetas denominacionales. En los tiempos del Nuevo Testamento, todos los creyentes de una misma ciudad se juntaban en una sola comunidad local, razón por la que las Epístolas vam siempre dirigidas a la totalidad de los creyentes en una localidad determinada: Corinto, Éfeso, Galacia, Filipos, etc. Ni Pablo no los demás apóstoles dirigen nunca sus cartas a una iglesia o comunidad con un nombre en particular o de una calle en particular. La enseñanza de Pablo es muy claro en este punto: entre los creyentes de una localidad no debe haber divisiones.
En la Iglesia como Cuerpo de Cristo (y eso quiere decir el conjunto de todos los creyentes) no puede haber diferencias entre griegos o judíos, y esto implica que tampoco debe haberlas entre bautistas, presbiterianos, metodistas o cualquier otra distinción confesional: los creyentes han de ser un solo cuerpo y Cristo ha de ser el todo en todos.
Dice el propio Watchman Nee sobre este libro:
«Este libro no es para que lo lea cualquiera. Únicamente aquellos que sienten sobre sus espaldas la responsabilidad del ministerio, aquellos que honrada y verdaderamente contemplan el servicio cristiano con un corazón abierto y libres de prejuicios. Cabe decir, pues, que su lectura es una piedra de toque que pone a prueba la sinceridad y honradez del lector»
En el Cuerpo de Cristo no hay lugar para etiquetas denominacionales. En los tiempos del Nuevo Testamento, todos los creyentes de una misma ciudad se juntaban en una sola comunidad local, razón por la que las Epístolas vam siempre dirigidas a la totalidad de los creyentes en una localidad determinada: Corinto, Éfeso, Galacia, Filipos, etc. Ni Pablo no los demás apóstoles dirigen nunca sus cartas a una iglesia o comunidad con un nombre en particular o de una calle en particular. La enseñanza de Pablo es muy claro en este punto: entre los creyentes de una localidad no debe haber divisiones.
En la Iglesia como Cuerpo de Cristo (y eso quiere decir el conjunto de todos los creyentes) no puede haber diferencias entre griegos o judíos, y esto implica que tampoco debe haberlas entre bautistas, presbiterianos, metodistas o cualquier otra distinción confesional: los creyentes han de ser un solo cuerpo y Cristo ha de ser el todo en todos.
Dice el propio Watchman Nee sobre este libro:
«Este libro no es para que lo lea cualquiera. Únicamente aquellos que sienten sobre sus espaldas la responsabilidad del ministerio, aquellos que honrada y verdaderamente contemplan el servicio cristiano con un corazón abierto y libres de prejuicios. Cabe decir, pues, que su lectura es una piedra de toque que pone a prueba la sinceridad y honradez del lector»
ISBN | 978847228798X |
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Autor | Nee, Watchman |
Idioma | es |