El Arte de la evangelización

Este libro intenta hacer frente al punto más débil de la teología moderna, esto es, la escasez cuando no ausencia total de evangelización.

En contraste tanto con el enfoque tradicional basado en la simple proclamación del evangelio,  como el reciente énfasis en el crecimiento de la iglesia por contacto personal, Abraham, propone una tercera vía. Sostiene que la evangelización debe interpretarse como todo un ciclo de iniciación primaria de la persona en el reino de Dios. Y defiende su tesis afirmando que la evangelización no acaba con la conversión, sino que la conversión, el bautismo, el comportamiento cristiano, los credos, los dones del Espíritu Santo, y el discipulado, todo ello no son sino meras etapas relacionadas con el proceso de evangelización.

Acto seguido, articula las implicaciones de esa teoría suya sobre la evangelización en la práctica de evangelismo, analizando cómo debe interpretarse el evangelismo en base a este nuevo planteamiento. Su punto de vista es que los proyectos  evangelísticos con enfoque "empresarial"  son un grave error. La evangelización no surge de planes específicos cuidadosamente elaborados, sino que fluye de manera natural y progresiva como resultado de aplicar una serie de disciplinas apropiadas y cuidar que éstas se mantengan correctamente relacionadas entre sí. Ninguna técnica evangelística puede considerarse como ideal vista aisladamente, la verdadera evangelización consiste en una mezcla y adecuado equilibrio  entre todas ellas.

El libro no pretende, por tanto,  proponer ninguna técnica o plan de evangelización determinado, sino más bien provocar o inspirar a otros investigadores a proseguir la reflexión crítica sobre el tema.