Ecumenismo espiritual: Una guía práctica

Esta obra del cardenal Walter Kasper no ha sido escrita con el propósito de fomentar una visión espiritualista de las relaciones ecuménicas entre cristianos de diversas confesiones, ni es tampoco un tratado de ecumenismo teórico y de gabinete. Es una propuesta práctica, valiente y realista, a partir de la situación concreta de cada confesión y de cada comunidad, para hacer de las relaciones entre los cristianos de diversas tradiciones, una realidad que vaya concretando por vía práctica el deseo del Señor de que seamos una sola cosa.

Kasper, a partir de unas sólidas bases bíblicas y magisteriales, propone en los diversos campos del estudio y de la vivencia de la Palabra de Dios, de la pastoral, de la solidaridad con los más necesitados, e incluso en el de las relaciones humanas entre los cristianos que conviven en un mismo territorio, una serie de iniciativas que sorprenden por su sencillez, ponderación y valentía.

Dice el propio autor:

«La búsqueda de la unidad de los cristianos es, ante todo, un anhelo que hay que mantener vivo y una plegaria que hay que alimentar. Esa búsqueda tiene la mirada fija en Jesús que dio su vida para que hubiera "un solo rebaño, un solo pastor" (Juan 10:16) y que oró diciendo: "que todos sean uno" (Juan 17:21). Muchos son del parecer que, si no vuelve a sus raíces, el compromiso ecuménico corre el riesgo de perder la inspiración y la esperanza, de acomodar su paso a nuestros límites humanos.

Soy feliz al poceros presentar este libro sobre el ecumenismo espiritual, alma de todo el movimiento ecuménico. El texto es fruto de unas estimulantes experiencias en las que tomé parte, en primera persona,  durante estos últimos años. Ha tomado cuerpo gracias también a la aportación de muchas personas y grupos que han querido compartir sus vivencias y sus instituciones en el campo del ecumenismo espiritual.

Os lo ofrezco como una invitación calurosa y como una ayuda práctica, dirigidas a todos cuantos lleváis en vuestro corazón el ideal de la unidad de los cristianos. Espero que pueda contribuir a unirnos más y más con nuestros hermanos y nuestras hermanas, en una plegaria común entorno a Cristo, nuestro único Señor».