White, John
Nació el 5 de marzo en Liverpool (Inglaterra). A la temprana edad de 8 años, en agosto de 1932, tiene lugar su conversión o entrega personal a Cristo. Realizó sus estudios en la Universidad de Manchester (M.B., Ch.B. 1952) y en la de Manitoba (Canadá), donde se graduó en psiquiatría en 1969. A partir de entonces, y hasta 1989 fue profesor asociado de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Manitoba.
Anteriormente dedicó diez años de su vida a la obra misionera en Latinoamérica, concretamente en Bolivia (1954-59), entregado a la labor entre los indígenas; Argentina (1959-61) y Perú (1962-64). Fue coordinador de Asociación Internacional de Estudiantes Evangélicos de América Latina. También ha desarrollado un ministerio evangélico en Asia, Europa y Australasia.
Fue pastor asociado de Surrey Vineyard Fellowship. El y su esposa Lorrie son padres de cinco hijos.
Uno de los autores más respetados en el mundo evangélico por su seriedad, espíritu crítico y fe siempre abierta a la actividad de Dios en el alma humana. Para él la dirección y gobierno del pueblo de Dios es un don espiritual y no meramente la posesión de un carácter dominante: “Son los mansos los que heredarán la tierra. Lloran y oran en secreto y desafían la tierra y el cielo en público. Tiemblan cuando afrontan el peligro, pero mueren en su trayecto antes de volverse atrás. Se sacrifican sin protestar, dan sin hacer cálculos, sufren sin quejidos. A los que están bajo su cuidado les dicen: Vivimos si ustedes actúan bien. Su precio supera al de los rubíes. Son la sal de la tierra” (Liderazgo...).
Anteriormente dedicó diez años de su vida a la obra misionera en Latinoamérica, concretamente en Bolivia (1954-59), entregado a la labor entre los indígenas; Argentina (1959-61) y Perú (1962-64). Fue coordinador de Asociación Internacional de Estudiantes Evangélicos de América Latina. También ha desarrollado un ministerio evangélico en Asia, Europa y Australasia.
Fue pastor asociado de Surrey Vineyard Fellowship. El y su esposa Lorrie son padres de cinco hijos.
Uno de los autores más respetados en el mundo evangélico por su seriedad, espíritu crítico y fe siempre abierta a la actividad de Dios en el alma humana. Para él la dirección y gobierno del pueblo de Dios es un don espiritual y no meramente la posesión de un carácter dominante: “Son los mansos los que heredarán la tierra. Lloran y oran en secreto y desafían la tierra y el cielo en público. Tiemblan cuando afrontan el peligro, pero mueren en su trayecto antes de volverse atrás. Se sacrifican sin protestar, dan sin hacer cálculos, sufren sin quejidos. A los que están bajo su cuidado les dicen: Vivimos si ustedes actúan bien. Su precio supera al de los rubíes. Son la sal de la tierra” (Liderazgo...).