Torrey, Reuben Archer
Nació en Hoboken (New Jersey, EE.UU.). Su padre era congregacionalista y su madre presbiteriana. Ella le influenció más de lo que se puede calcular en el terreno de la oración viva.
Estudió en la Universidad de Yale (A.B., 1875) y en la Facultad de Teología (B.D., 1878). Ordenado al ministerio de la Iglesia Congregacional en 1878, fue pastor en Garrettsville (Ohio, 1878---82); al cabo de cuatro años decidió ir a Alemania a proseguir sus estudios durante un año. Estuvo en Leipzig y Erlangen, con profesores como Delitzsch (1813-90), Luthardt (1823-1902), Kahnis y Frank, que le fueron de mucha ayuda. Allí abandonó las ideas de la alta crítica que hasta entonces había mantenido.
De regreso a Estados Unidos trabajó en una pequeño punto misionero de la Sociedad Misionera Congregacional de Minneapolis. En 1889 D.L. Moody (v.) le invitó a ser el director del nuevo Instituto Bíblico de Chicago (hoy Instituto Bíblico Moody). Función que ejerció hasta 1908, combinada con un pastorado en la misma ciudad.
Entre 1902 y 1906 emprendió una serie de notables campañas evangelísticas, acompañado por el solista Charles M. Alexander. Viajaron por Australia, Tasmania, Nueva Zelanda, India, China, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Canadá y, finalmente, Estados Unidos. Se calcula que predicó a unos quince millones de personas en ese período. Miles fueron convertidas. “Yo predico cuatro grandes verdades —escribió—. Predico toda la Biblia de tapa a tapa. Acepto todo, no excluyo nada. Predico el poder de la sangre de Cristo para salvar: la doctrina de la expiación. Predico la personalidad del Espíritu Santo. Predico el poder de la oración.”
Nombrado decano del Instituto Bíblico de Los Angeles (1912-24) y pastor de la Iglesia de la Puerta Abierta, en dicha ciudad (1914-24). Durante ese tiempo no abandonó las campañas de evangelización en su patria y en el extranjero, al tiempo que organizó las Conferencias Bíblicas de Verano de Montrose (Pennsylvania). Los cuatro últimos años de su vida los ocupó dando conferencias y enseñando en el Instituto Bíblico Moody. Fue un personaje muy influyente en el mundo evangélico americano. Jugó un papel importante en la fundación de la Asociación Fundamentalista Cristiana Mundial.
Durante sus días de estudiante fue un escéptico incapaz de aceptar la fe cristiana. “No negaba —escribe—, me preguntaba. No era un ateo, era un agnóstico. No sabía, pero estaba decidido a encontrar si había Dios.” Convencido de la identidad de la Biblia como Palabra de Dios, su “mayor gozo durante años fue poder sacar a muchos de la confusión y miseria de la incredulidad y llevarlos a la clara luz y abundante gozo de una fe inteligente en Cristo y en la Biblia” (Evidencias..., pp. 7,103).
Estudió en la Universidad de Yale (A.B., 1875) y en la Facultad de Teología (B.D., 1878). Ordenado al ministerio de la Iglesia Congregacional en 1878, fue pastor en Garrettsville (Ohio, 1878---82); al cabo de cuatro años decidió ir a Alemania a proseguir sus estudios durante un año. Estuvo en Leipzig y Erlangen, con profesores como Delitzsch (1813-90), Luthardt (1823-1902), Kahnis y Frank, que le fueron de mucha ayuda. Allí abandonó las ideas de la alta crítica que hasta entonces había mantenido.
De regreso a Estados Unidos trabajó en una pequeño punto misionero de la Sociedad Misionera Congregacional de Minneapolis. En 1889 D.L. Moody (v.) le invitó a ser el director del nuevo Instituto Bíblico de Chicago (hoy Instituto Bíblico Moody). Función que ejerció hasta 1908, combinada con un pastorado en la misma ciudad.
Entre 1902 y 1906 emprendió una serie de notables campañas evangelísticas, acompañado por el solista Charles M. Alexander. Viajaron por Australia, Tasmania, Nueva Zelanda, India, China, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Canadá y, finalmente, Estados Unidos. Se calcula que predicó a unos quince millones de personas en ese período. Miles fueron convertidas. “Yo predico cuatro grandes verdades —escribió—. Predico toda la Biblia de tapa a tapa. Acepto todo, no excluyo nada. Predico el poder de la sangre de Cristo para salvar: la doctrina de la expiación. Predico la personalidad del Espíritu Santo. Predico el poder de la oración.”
Nombrado decano del Instituto Bíblico de Los Angeles (1912-24) y pastor de la Iglesia de la Puerta Abierta, en dicha ciudad (1914-24). Durante ese tiempo no abandonó las campañas de evangelización en su patria y en el extranjero, al tiempo que organizó las Conferencias Bíblicas de Verano de Montrose (Pennsylvania). Los cuatro últimos años de su vida los ocupó dando conferencias y enseñando en el Instituto Bíblico Moody. Fue un personaje muy influyente en el mundo evangélico americano. Jugó un papel importante en la fundación de la Asociación Fundamentalista Cristiana Mundial.
Durante sus días de estudiante fue un escéptico incapaz de aceptar la fe cristiana. “No negaba —escribe—, me preguntaba. No era un ateo, era un agnóstico. No sabía, pero estaba decidido a encontrar si había Dios.” Convencido de la identidad de la Biblia como Palabra de Dios, su “mayor gozo durante años fue poder sacar a muchos de la confusión y miseria de la incredulidad y llevarlos a la clara luz y abundante gozo de una fe inteligente en Cristo y en la Biblia” (Evidencias..., pp. 7,103).