Stagg, Frank
Nació en Eunice (Louisiana, EE.UU.). Se graduó en el Lousiana College (1934) y en el Southern Baptist Theological Seminary (1938), donde obtuvo su docotrado en filosofía (1943).
De 1941 a 1944 fue pastor de la Primera Iglesia Bautisa de Deridader (Louisiana). Entre 1945 y 1964 fue profesor del Nuevo Testamento y Griego en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans, y Presidente del Concilio de Estudios Postgraudados de la Escuela de Teología.
Posteriormente fue nombrado profesor del Nuevo Testamento en el Seminario Bautista del Sur de Louisville (Kentucky).
Su obra se mueve entre el ámbito académico y el no especializado, para que éste tenga libertad de estudiar la Biblia, y reconozca a la vez, la necesidad de acudir al erudito, pues “es un pobre servicio el que se presta a una persona cuando se le lleva a desconfiar de la erudición sólo por ser tal.”
La inspiración de la Escritura, dice correctamente, “va más allá de la redacción de las Escrituras. De otro modo, toda nuestra teología no sería sino filosofía y nuestra oración misma no sería más que un monólogo. La inspiración es un factor primordial en todas las fases de la fe y la vida cristiana” (Teología, p. 18).
De 1941 a 1944 fue pastor de la Primera Iglesia Bautisa de Deridader (Louisiana). Entre 1945 y 1964 fue profesor del Nuevo Testamento y Griego en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans, y Presidente del Concilio de Estudios Postgraudados de la Escuela de Teología.
Posteriormente fue nombrado profesor del Nuevo Testamento en el Seminario Bautista del Sur de Louisville (Kentucky).
Su obra se mueve entre el ámbito académico y el no especializado, para que éste tenga libertad de estudiar la Biblia, y reconozca a la vez, la necesidad de acudir al erudito, pues “es un pobre servicio el que se presta a una persona cuando se le lleva a desconfiar de la erudición sólo por ser tal.”
La inspiración de la Escritura, dice correctamente, “va más allá de la redacción de las Escrituras. De otro modo, toda nuestra teología no sería sino filosofía y nuestra oración misma no sería más que un monólogo. La inspiración es un factor primordial en todas las fases de la fe y la vida cristiana” (Teología, p. 18).