Spenner, Philipp Jakob
Teólogo alemán fundador del pietismo, criado en el seno de una familia luterana devota, nació en lo que hoy es Ribeauvillé, Francia, el 23 de enero de 1635. Estudió en la Universidad de Estrasburgo y fue poco a poco apasionándose con la reforma de la ortodoxia luterana, en particular en lo referente a sus estructuras eclesiásticas y la relajación moral del clero.
Estando en Suiza, estableció contacto con el ex-jesuita Juan de Labadie, el cual insistía en que, para poder entender la Biblia, era necesaria la inspiración directa del Espíritu Santo. El movimiento labadista le impactó grandemente y se propuso introducirlo en su iglesia. Vuelto a Alemania, sirvió como pastor en Estrasburgo y, luego, en Francfurt. Fue allí donde Spener expresó su preocupación por el estado de la congregación, que no era muy bueno como secuela de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Para mejorar la condición lamentable de su iglesia, propugnaba más estudio, y más profundo, de las Escrituras en pequeños grupos por las casas de los creyentes, llamados collegia pietatis, en los que se fomentaba el desarrollo espiritual individual a través del estudio de la Biblia, la oración y la meditación.
Atacaba también las insuficiencias del clero luterano, sun compromisos con el poder y la creciente indiferencia religiosa. Subrayaba la necesidad de una reforma de los estudios teológicos, de la predicación y de las costumbres mediante el desarrollo de la vida interior, la oración y la caridad.
Quería que la formación de los pastores que fuese más allá de la formación intelectual y que el púlpito volviera a ser lugar de instrucción y alimento espiritual de la grey, más bien que de disquisiciones doctas sobre puntos de doctrina oscuros o poco importantes para la vida cristiana. Nombrado predicador de la corte en Dresde (1868), arremetió contra los vicios de la corte y hubo de refugiarse en Berlín (1691), protegido por el elector de Branderburgo. Allí vivió el período más fecundo de su vida.
Su influyente obra Deseos piadosos (1675) contiene la doctrina esencial del pietismo y le confirmó como el principal portavoz del movimiento. Negó la separación absoluta de lo secular y lo espiritual y defendió la participación laica en la Iglesia.
Continuada su misión por A. H. Francke (1663-1727), el pietismo se convirtió en una fuerza importante en Alemania y llegó a extenderse por Inglaterra y las colonias americanas. en el año 1689. Francke tenía tantos alumnos de exégesis bíblica, que la oposición de la ortodoxia luterana al pietismo no se hizo esperar. J. Deutschmann, uno de los teólogos de Wittenberg, les acusó de tener 283 doctrinas heréticas. Los pietistas se vieron entonces obligados a fundar su propia universidad en Halle (1694), la cual llegó a ser un centro de expansión de ideas pietistas en toda Alemania y, dado el interés que Spener había infiltrado a favor de las misiones, en todo el mundo.
Estando en Suiza, estableció contacto con el ex-jesuita Juan de Labadie, el cual insistía en que, para poder entender la Biblia, era necesaria la inspiración directa del Espíritu Santo. El movimiento labadista le impactó grandemente y se propuso introducirlo en su iglesia. Vuelto a Alemania, sirvió como pastor en Estrasburgo y, luego, en Francfurt. Fue allí donde Spener expresó su preocupación por el estado de la congregación, que no era muy bueno como secuela de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Para mejorar la condición lamentable de su iglesia, propugnaba más estudio, y más profundo, de las Escrituras en pequeños grupos por las casas de los creyentes, llamados collegia pietatis, en los que se fomentaba el desarrollo espiritual individual a través del estudio de la Biblia, la oración y la meditación.
Atacaba también las insuficiencias del clero luterano, sun compromisos con el poder y la creciente indiferencia religiosa. Subrayaba la necesidad de una reforma de los estudios teológicos, de la predicación y de las costumbres mediante el desarrollo de la vida interior, la oración y la caridad.
Quería que la formación de los pastores que fuese más allá de la formación intelectual y que el púlpito volviera a ser lugar de instrucción y alimento espiritual de la grey, más bien que de disquisiciones doctas sobre puntos de doctrina oscuros o poco importantes para la vida cristiana. Nombrado predicador de la corte en Dresde (1868), arremetió contra los vicios de la corte y hubo de refugiarse en Berlín (1691), protegido por el elector de Branderburgo. Allí vivió el período más fecundo de su vida.
Su influyente obra Deseos piadosos (1675) contiene la doctrina esencial del pietismo y le confirmó como el principal portavoz del movimiento. Negó la separación absoluta de lo secular y lo espiritual y defendió la participación laica en la Iglesia.
Continuada su misión por A. H. Francke (1663-1727), el pietismo se convirtió en una fuerza importante en Alemania y llegó a extenderse por Inglaterra y las colonias americanas. en el año 1689. Francke tenía tantos alumnos de exégesis bíblica, que la oposición de la ortodoxia luterana al pietismo no se hizo esperar. J. Deutschmann, uno de los teólogos de Wittenberg, les acusó de tener 283 doctrinas heréticas. Los pietistas se vieron entonces obligados a fundar su propia universidad en Halle (1694), la cual llegó a ser un centro de expansión de ideas pietistas en toda Alemania y, dado el interés que Spener había infiltrado a favor de las misiones, en todo el mundo.