Miller, Calvin
Pastor bautista norteamericano, estudió en la Universidad Bautista de Oklahoma y en el Midwestern Baptist Theological Seminary de Kansas City (1961).
En 1966 comenzó, junto a su esposa Barbara, una obra pionera en Omaha (Nebraska), que dio como resultado la Wetside Baptist Church, en la que ha permanecido desde entonces. Es profesor de Comunicación y Estudios Ministeriales en el Southwestern Baptist Theological Seminary de Fort Worth (Texas), y considerado uno de los predicadores más creativos del Evangelio.
Preocupado por el futuro de la Iglesia cree que la primera necesidad de todas es “aprender bien nuestros credos. Es quijotesco intentar defender lo que no comprendemos. La ignorancia en cualquier esfera, en esta época de intensa educación, hará desaparecer dentro de poco tiempo cualquier oportunidad de testificar. Y porque esto es así, es absurdo pensar que le teología es demasiado «científica» para ser de consecuencia práctica en nuestras vidas. Aprender, aceptar y vivir nuestro credo dará como resultado una madura confianza. El cristiano maduro es probablemente el mejor argumento para convencer al no creyente” (Sed..., p. 127).
En 1966 comenzó, junto a su esposa Barbara, una obra pionera en Omaha (Nebraska), que dio como resultado la Wetside Baptist Church, en la que ha permanecido desde entonces. Es profesor de Comunicación y Estudios Ministeriales en el Southwestern Baptist Theological Seminary de Fort Worth (Texas), y considerado uno de los predicadores más creativos del Evangelio.
Preocupado por el futuro de la Iglesia cree que la primera necesidad de todas es “aprender bien nuestros credos. Es quijotesco intentar defender lo que no comprendemos. La ignorancia en cualquier esfera, en esta época de intensa educación, hará desaparecer dentro de poco tiempo cualquier oportunidad de testificar. Y porque esto es así, es absurdo pensar que le teología es demasiado «científica» para ser de consecuencia práctica en nuestras vidas. Aprender, aceptar y vivir nuestro credo dará como resultado una madura confianza. El cristiano maduro es probablemente el mejor argumento para convencer al no creyente” (Sed..., p. 127).