McMillen, Sim Isócrates
Nació el 23 de marzo de 1898 en Barnesboro (Pensilvania, EE.UU.). Su padre era médico de una zona minera. Su hermana Oneida era predicadora de la Iglesia Metodista Wesleyana en Faulkener (Nueva York), mediante la cual llegó a conocer al Señor como Salvador personal. En 1918 se matriculó en la Escuela Universitaria Estatal de Profesores de Fredonia (Nueva York), más tarde se trasladó a la Universidad de Chicago y después a la de Pensilvania, donde finalizó su carrera de medicina, en medio de grandes apuros económicos.
En 1926 contrajo matrimonio con Alice Jean Hampe, hija de un pastor wesleyana y decana de la Universidad de Houghton. Un año después, comenzó a trabajar como interno en le Hospital Bryn Mawr, ubicado en un suburbio de Filadelfia.
En 1928 el matrimonio fue aceptado por la Iglesia Wesleyana para ir al campo misionero. Durante seis meses estudió en la Escuela de Medicina de Londres (Inglaterra). Luego fueron enviados a Sierra Leona, en Africa, donde permaneció tres años, dedicado al ejercicio de la medicina, el tratamiento de las enfermedades tropicales y el estudio de ciertas dolencias infantiles, así como a la construcción de un nuevo hospital misionero. Cuando estalló la II Guerra Mundial tuvo que salir de Africa, junto a su familia. En Estados Unidos se encargó de un puesto médico universitario, dando además clases sobre misiones en la Universidad de Houghton. Se jubiló en 1967, después de una fructífera carrera médica, y se dedicó a viajar por todos los estados mostrando que los descubrimientos de la medicina moderna proporcionan constantemente pruebas de la veracidad de la Escritura.
En su libro Ninguna enfermedad, ilustra y defiende los extraordinarios beneficios médicos que se obtienen simplemente con hacer caso a la Palabra de Dios. Fue todo un éxito de librería y traducido a muchos idiomas. “La obediencia a los preceptos bíblicos —escribe— es todavía la forma más eficaz de prevenir muchas de las aflicciones de la humanidad”.
En 1926 contrajo matrimonio con Alice Jean Hampe, hija de un pastor wesleyana y decana de la Universidad de Houghton. Un año después, comenzó a trabajar como interno en le Hospital Bryn Mawr, ubicado en un suburbio de Filadelfia.
En 1928 el matrimonio fue aceptado por la Iglesia Wesleyana para ir al campo misionero. Durante seis meses estudió en la Escuela de Medicina de Londres (Inglaterra). Luego fueron enviados a Sierra Leona, en Africa, donde permaneció tres años, dedicado al ejercicio de la medicina, el tratamiento de las enfermedades tropicales y el estudio de ciertas dolencias infantiles, así como a la construcción de un nuevo hospital misionero. Cuando estalló la II Guerra Mundial tuvo que salir de Africa, junto a su familia. En Estados Unidos se encargó de un puesto médico universitario, dando además clases sobre misiones en la Universidad de Houghton. Se jubiló en 1967, después de una fructífera carrera médica, y se dedicó a viajar por todos los estados mostrando que los descubrimientos de la medicina moderna proporcionan constantemente pruebas de la veracidad de la Escritura.
En su libro Ninguna enfermedad, ilustra y defiende los extraordinarios beneficios médicos que se obtienen simplemente con hacer caso a la Palabra de Dios. Fue todo un éxito de librería y traducido a muchos idiomas. “La obediencia a los preceptos bíblicos —escribe— es todavía la forma más eficaz de prevenir muchas de las aflicciones de la humanidad”.