Luce, Alice
Nació en Gloucester (Inglaterra). Su padre era pastor de la Iglesia Anglicana en Gloucester. Convertida a los 10 años de edad, pronto manifestó una verdadera pasión por las almas. Después de estudiar enfermería y teología fue enviada por la Sociedad Misionera de la Iglesia (MCS) a trabajar como misionera en la India (1896). Allí desarrolló una labor educativa y espiritual entre las mujeres. En 1910 conoció dos mujeres que decían haber sido bautizadas en el Espíritu. Convencida de que semejante experiencia venía de Dios, oró y ella también creyó haber recibido ese mismo bautismo de poder.
Por motivos de salud se vio obligada a abandonar el campo misionero en India. Regresó a su patria y después marchó a Canadá donde sintió la llamada de Dios para trabajar como misionera entre la población mexicana. Como en México había estallado la revolución tuvo que aguardar en Texas (EE.UU.) su entrada al país. Allí conoció creyentes miembros de iglesias pentecostales y pidió ser ordenada por el Concilio General de las Asambleas de Dios. Era el año 1915.
En Los Angeles (California) comenzó a evangelizar a los hispanos que vivían en la ciudad. Pronto cayó en la cuenta de que la mejor manera de llegar a la población hispana era mediante los mismos hispanos: pastores y evangelistas bien equipados con amor y conocimiento bíblico. Así que en 1926 fundó el Instituto Bíblico Bereano de San Diego (California), en el que trabajó hasta el día de su muerte. Más tarde el colegio se trasladó a La Fuente (California) con el nuevo nombre de Instituto Bíblico Latinoamericano.
No llegó a trabajar directamente en México como misionera, pero contribuyó a la que obra allí se extendiera de un modo extraordinario mediante los alumnos que tan cuidadosamente preparaba mediante sus clases de instituto y ejemplo personal.
Fue la primera mujer pentecostal en exponer los principios de la “iglesia indígena”, basados en la independencia de las iglesias nacionales, gobernadas por creyentes del lugar y reproduciendose por sus mismas fuerzas y talentos. Luce creyó que los métodos apostólicos aplicados a la obra misionera serían seguidos por el poder y la demostración del Espíritu, en salvación de almas y fundación de iglesias.
Por motivos de salud se vio obligada a abandonar el campo misionero en India. Regresó a su patria y después marchó a Canadá donde sintió la llamada de Dios para trabajar como misionera entre la población mexicana. Como en México había estallado la revolución tuvo que aguardar en Texas (EE.UU.) su entrada al país. Allí conoció creyentes miembros de iglesias pentecostales y pidió ser ordenada por el Concilio General de las Asambleas de Dios. Era el año 1915.
En Los Angeles (California) comenzó a evangelizar a los hispanos que vivían en la ciudad. Pronto cayó en la cuenta de que la mejor manera de llegar a la población hispana era mediante los mismos hispanos: pastores y evangelistas bien equipados con amor y conocimiento bíblico. Así que en 1926 fundó el Instituto Bíblico Bereano de San Diego (California), en el que trabajó hasta el día de su muerte. Más tarde el colegio se trasladó a La Fuente (California) con el nuevo nombre de Instituto Bíblico Latinoamericano.
No llegó a trabajar directamente en México como misionera, pero contribuyó a la que obra allí se extendiera de un modo extraordinario mediante los alumnos que tan cuidadosamente preparaba mediante sus clases de instituto y ejemplo personal.
Fue la primera mujer pentecostal en exponer los principios de la “iglesia indígena”, basados en la independencia de las iglesias nacionales, gobernadas por creyentes del lugar y reproduciendose por sus mismas fuerzas y talentos. Luce creyó que los métodos apostólicos aplicados a la obra misionera serían seguidos por el poder y la demostración del Espíritu, en salvación de almas y fundación de iglesias.