Lilje, Hanns
N. en Hannover (Alemania). Estudio en academia evangélica de Kloster Loccum y en las universidades de Góttiengen, Leipzig y Zurich. Doctor en teología fue nombrado capellán universitario de Hannover (1925), secretario general del Movimiento Cristiano Juvenil y vicepresidente de SCM (1927-34). Secretario general de la Convención Luterana Mundial (1934-44) y cofundador de la Federación Luterana Mundial (1947).
Durante el régimen nazi alemán fue encarcelado por su pertenencia y actividades para el movimiento “Iglesia confesante”. Firmante de la Declaración de Stuttgart, donde se reconocía la culpabilidad de los cristianos alemanes en los crímenes contra la humanidad perpetrados por el Tercer Reich. Miembro del Concilio de la Iglesia Evangélica Alemana (1947-71), fue nombrado obispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Hannover (1949), y obispo presidente de la Iglesia Evangélica Luterana Unida de Alemania (1955-69).
Brillante predicador, hizo todo lo posible por revitalizar la vida evangélica, tanto en su versión religiosa como académica, a la luz de la modernidad.
Su biografía de Lutero es una maravillosa conjunción entre el dato histórico y la relevancia de la fe, escrita en un prosa directa y arrebatadora. “Frente a todos los progresos del hombre, que al final han devenido en una mortal amenaza para él mismo, suenan los ecos admonitorios de la última frase de Lutero: «Somos pordioseros. Esta es la única verdad.» En realidad, lo esencial de la frase no es que se nos llame pordioseros, sino que en ella aletea la fe en Dios que es esperanza para los humildes, consuelo para los pecadores, vida para los moribundos y largueza a manos llenas para los pordioseros” (Lutero, p. 145).
Durante el régimen nazi alemán fue encarcelado por su pertenencia y actividades para el movimiento “Iglesia confesante”. Firmante de la Declaración de Stuttgart, donde se reconocía la culpabilidad de los cristianos alemanes en los crímenes contra la humanidad perpetrados por el Tercer Reich. Miembro del Concilio de la Iglesia Evangélica Alemana (1947-71), fue nombrado obispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Hannover (1949), y obispo presidente de la Iglesia Evangélica Luterana Unida de Alemania (1955-69).
Brillante predicador, hizo todo lo posible por revitalizar la vida evangélica, tanto en su versión religiosa como académica, a la luz de la modernidad.
Su biografía de Lutero es una maravillosa conjunción entre el dato histórico y la relevancia de la fe, escrita en un prosa directa y arrebatadora. “Frente a todos los progresos del hombre, que al final han devenido en una mortal amenaza para él mismo, suenan los ecos admonitorios de la última frase de Lutero: «Somos pordioseros. Esta es la única verdad.» En realidad, lo esencial de la frase no es que se nos llame pordioseros, sino que en ella aletea la fe en Dios que es esperanza para los humildes, consuelo para los pecadores, vida para los moribundos y largueza a manos llenas para los pordioseros” (Lutero, p. 145).