Kidner, Derek
Nació el 22 de septiembre de 1913 en Londres (Inglaterra). Mienbro de la Iglesia Anglicana estudió en el Colegio Real de Música de Londres (A.R.C.M., 1933); y en la Universidad de Cambridge (M.A., 1944).
Tutor de Oak Hill Theological College (1951-64) y Warden o director del centro de investigación bíblica Tyndale House de Cambridge (1964-78), se caracteriza por su pasión académica y responsable en la interpretación bíblica.
Su comentario a Génesis se aparta de la tradición literalista, bien consciente de lo inevitable de ofender sobre este tema. “No hay otra parte de la Escritura sobre la cual se hayan librado tantas batallas teológicas, científicas, históricas y literarias.” Cree que muchos autores conservadores, como Whitcomb (v.) por ejemplo, afirman más su propia infalibilidad que la de las Escrituras, cuando se niegan a comparar sus respuestas con las de la investigación independiente. “Tratar de correlacionar los datos de las Escrituras y la naturaleza no es deshonrar la autoridad bíblica, sino honrar a Dios como Creador y afrontar nuestra legítima tarea de interpretar sus formas de hablar” (Génesis, p. 36).
Tutor de Oak Hill Theological College (1951-64) y Warden o director del centro de investigación bíblica Tyndale House de Cambridge (1964-78), se caracteriza por su pasión académica y responsable en la interpretación bíblica.
Su comentario a Génesis se aparta de la tradición literalista, bien consciente de lo inevitable de ofender sobre este tema. “No hay otra parte de la Escritura sobre la cual se hayan librado tantas batallas teológicas, científicas, históricas y literarias.” Cree que muchos autores conservadores, como Whitcomb (v.) por ejemplo, afirman más su propia infalibilidad que la de las Escrituras, cuando se niegan a comparar sus respuestas con las de la investigación independiente. “Tratar de correlacionar los datos de las Escrituras y la naturaleza no es deshonrar la autoridad bíblica, sino honrar a Dios como Creador y afrontar nuestra legítima tarea de interpretar sus formas de hablar” (Génesis, p. 36).