Juan Crisóstomo
Patriarca de Constantinopla, teólogo y exegeta, Juan de Antioquía, por su lugar de nacimiento, llamado Crisóstomo (boca de oro), por su extraordinario elocuencia. Es el autor más fecundo de entre los Padres griegos y una de las mayores glorias de la Iglesia oriental.
A los veinte años era ya abogado y el orador más famoso de su ciudad, muchos le comparaban con Demóstenes. Fue entonces cuando decidió bautizarse y dedicarse plenamente a Dios y su verdad. Sus maestros de teología fueron Diodoro de Tarso y luego Teodoro de Mopsusteia. Más tarde se retiró a la vida solitaria bajo la dirección espiritual de un monje, para practicar la vida eremítica.
Obligado por diversas enfermedades, regresó a Antioquía, donde fue ordenado diácono en 381 por Melecio y sacerdote por Flaviano en 386. Famoso por sus predicaciones, el emperador Arcadio le nombró patriarca de Constantinopla en 397.
Su celo reformador le atrajo muchos enemigos, entre ellos la emperatriz Eudoxia. Depuesto de su sede en el año 402 fue desterrado y enviado a Cucuso, en Armenia y luego a la costa oriental del Mar Negro, por el temor que abrigaba la corte por el gran movimiento levantado en favor de Juan. La marcha fue lenta y penosa por el agotamiento en que se encontraba. Después de tres meses de viaje murió en el pequeño pueblo de Comana.
Merecen un lugar destacado sus XXI homilías llamadas "de las estatuas", sin igual en la antigüedad, pronunciadas a raíz de un rebelión ciudadana contra los impuestos, en la que se rompieron las estatuas del emperador Teodosio, de la emperatriz y de sus hijos. En ellas arremete contra los vicios corrientes de la sociedad, la blasfemia, la embriaguez, la ira, los juramentos, ofreciendo en su lugar la ética del Evangelio y el consuelo y la paz de Dios.
Sin embargo, su obra más importante es el escrito sobre el ministerio cristiano, su alta dignidad y exigencias morales, espirituales y abnegación, publicado en latín bajo el título de Los seis libros sobre el sacerdocio.
A los veinte años era ya abogado y el orador más famoso de su ciudad, muchos le comparaban con Demóstenes. Fue entonces cuando decidió bautizarse y dedicarse plenamente a Dios y su verdad. Sus maestros de teología fueron Diodoro de Tarso y luego Teodoro de Mopsusteia. Más tarde se retiró a la vida solitaria bajo la dirección espiritual de un monje, para practicar la vida eremítica.
Obligado por diversas enfermedades, regresó a Antioquía, donde fue ordenado diácono en 381 por Melecio y sacerdote por Flaviano en 386. Famoso por sus predicaciones, el emperador Arcadio le nombró patriarca de Constantinopla en 397.
Su celo reformador le atrajo muchos enemigos, entre ellos la emperatriz Eudoxia. Depuesto de su sede en el año 402 fue desterrado y enviado a Cucuso, en Armenia y luego a la costa oriental del Mar Negro, por el temor que abrigaba la corte por el gran movimiento levantado en favor de Juan. La marcha fue lenta y penosa por el agotamiento en que se encontraba. Después de tres meses de viaje murió en el pequeño pueblo de Comana.
Merecen un lugar destacado sus XXI homilías llamadas "de las estatuas", sin igual en la antigüedad, pronunciadas a raíz de un rebelión ciudadana contra los impuestos, en la que se rompieron las estatuas del emperador Teodosio, de la emperatriz y de sus hijos. En ellas arremete contra los vicios corrientes de la sociedad, la blasfemia, la embriaguez, la ira, los juramentos, ofreciendo en su lugar la ética del Evangelio y el consuelo y la paz de Dios.
Sin embargo, su obra más importante es el escrito sobre el ministerio cristiano, su alta dignidad y exigencias morales, espirituales y abnegación, publicado en latín bajo el título de Los seis libros sobre el sacerdocio.
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