Harvey, Hezekiah
Hezekiah Harver nació el 27 de noviembre en Hulven (Suffolk, Inglaterra). Acompañando a su familia emigró a Estados Unidos en 1830. Nueve años después fue convertido mediante el ministerio de Jacob Knapp en Nueva York (1839). Estudio en la Universidad Madison de Hamilton (1840-45) y en el Seminario Teológico de la misma ciudad (1847). Durante dos años trabajó como tutor de lenguas clásicas en la universidad hasta que en 1949 fue llamado al pastorado de una Iglesia Bautista en Homer (Nueva York). De allí se trasladó a Hamilton (1857), donde fue igualmente apreciado por su poder espiritual, acompasado por un intelecto brillante, que atraía grandes multitudes a su predicación.
A partir 1858 enseñó en el seminario historia de la Iglesia, teología pastoral, criticismo e interpretación bíblica. En 1864 aceptó el pastorado de la Primera Iglesia Bautista de Dayton (Ohio), a la que sirvió con su característico celo y devoción, hasta que de nuevo la salud, que siempre la tuvo débil, le obligó a retirarse a su puesto de enseñanza teológica, que ya no abandonaría hasta su muerte, dejando a la posteridad sus manuales sobre la Iglesia y el pastorado. La Universidad de Colby le honró con un doctorado honoris causa en 1861.
Su vida fue “una ilustración de Cristo”, al decir de W.N. Clarke (1841-1912). Puso todo su énfasis en el carácter cristiano y el estudio del Nuevo Testamento. “No permitamos —decía— que ninguna palabra humana se interponga entre vuestras almas y la pura Palabra de Dios.
A partir 1858 enseñó en el seminario historia de la Iglesia, teología pastoral, criticismo e interpretación bíblica. En 1864 aceptó el pastorado de la Primera Iglesia Bautista de Dayton (Ohio), a la que sirvió con su característico celo y devoción, hasta que de nuevo la salud, que siempre la tuvo débil, le obligó a retirarse a su puesto de enseñanza teológica, que ya no abandonaría hasta su muerte, dejando a la posteridad sus manuales sobre la Iglesia y el pastorado. La Universidad de Colby le honró con un doctorado honoris causa en 1861.
Su vida fue “una ilustración de Cristo”, al decir de W.N. Clarke (1841-1912). Puso todo su énfasis en el carácter cristiano y el estudio del Nuevo Testamento. “No permitamos —decía— que ninguna palabra humana se interponga entre vuestras almas y la pura Palabra de Dios.