Harnack, Adolf Von
Teólogo e historiador protestante alemán, hijo de un erudito luterano. Estudió en Dorpat, donde su padre era profesor, y Leipzig. Enseñó en las universidades de Leipzig, Giessen y Marburgo, antes de ir a Berlín en 1891, donde permaneció hasta el año 1921. Pronto suscitó las críticas de los teólogos ortodoxos, pero el gobierno alemán lo defendió de sus censores. Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), estuvo a favor de la república alemana, con lo que se ganó la oposición de muchos de sus antiguos seguidores; entre ellos, de su principal alumno, Karl Barth.
Harnack pasó de la ortodoxia al liberalismo de la mano de Ritschl y pronto fue considerado como el portavoz del protestantismo liberal. Su peculiar idea del cristianismo era que la Iglesia, desde el principio, había corrompido el mensaje sencillo de Jesucristo por introducir conceptos de la metafísica griega. Una de sus obras más importantes fue su estudio de Marción, a quien consideraba un reformador en la línea del apóstol Pablo.
De inmensa erudición, escribió obras tan importantes como Historia del dogma (1886-1889) y La misión y expansión del cristianismo (1902).
En sus estudios sobre Lucas el médico (1906), Los dichos de Jesús (1907) y Los Hechos de los Apóstoles (1908), se acerca a conclusiones cada vez más conservadoras. Reconstruyó el texto-fuente Q —material común de Mateo y Lucas, no de Marcos—, y sostuvo que era "un documento de la mayor antigüedad". También sostuvo que Lucas y Hechos fueron escritos por un mismo individuo, compañero de Pablo, como se ve en el "nosotros" desde Hch. 16:10. Finalmente, fijó la fecha de redacción de Lucas y Hechos no más tarde del año 64, y de Mateo poco más tarde del año 70.
En sus conferencias títuladas “¿Qué es el cristianismo?” (1900), popularizó su concepción del mismo, enseñando que el cristianismo es la paternidad de Dios, el valor infinito del alma humana y el mandamiento de amarse unos a otros
Harnack pasó de la ortodoxia al liberalismo de la mano de Ritschl y pronto fue considerado como el portavoz del protestantismo liberal. Su peculiar idea del cristianismo era que la Iglesia, desde el principio, había corrompido el mensaje sencillo de Jesucristo por introducir conceptos de la metafísica griega. Una de sus obras más importantes fue su estudio de Marción, a quien consideraba un reformador en la línea del apóstol Pablo.
De inmensa erudición, escribió obras tan importantes como Historia del dogma (1886-1889) y La misión y expansión del cristianismo (1902).
En sus estudios sobre Lucas el médico (1906), Los dichos de Jesús (1907) y Los Hechos de los Apóstoles (1908), se acerca a conclusiones cada vez más conservadoras. Reconstruyó el texto-fuente Q —material común de Mateo y Lucas, no de Marcos—, y sostuvo que era "un documento de la mayor antigüedad". También sostuvo que Lucas y Hechos fueron escritos por un mismo individuo, compañero de Pablo, como se ve en el "nosotros" desde Hch. 16:10. Finalmente, fijó la fecha de redacción de Lucas y Hechos no más tarde del año 64, y de Mateo poco más tarde del año 70.
En sus conferencias títuladas “¿Qué es el cristianismo?” (1900), popularizó su concepción del mismo, enseñando que el cristianismo es la paternidad de Dios, el valor infinito del alma humana y el mandamiento de amarse unos a otros