Gutierrez Marín, Claudio
Nació en en España, en Río Tinto, (Huelva), donde su padre, Higinio, ejercía como maestro de las Escuelas Evangélicas en el seno de la Iglesia Presbiteriana.. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, y en Lausana (Suiza) se licenció en Teología. Como pastor evangélico ministró en once iglesias en Andalucía, entre ellas Granada y Málaga, todas ellas congregaciones de la Iglesia Evangélica Española (IEE). Sus hermanos, Carlos, pintor, y Manuel, teólogo, colaboraron con él en varias publicaciones.
Poco después de empezar la Guerra Civil, se trasladó de Málaga a Barcelona. En la capital condal, por la intervención de IndalecioPrieto, Ministro de la Segunda República, formó parte del Departamento de Publicidad de la República. En este puesto denunciaba –dice en su autobiografía– “todos los acontecimientos nefastos perpetrados por las huestes franquistas contra los ministros,los templos, los seminarios y los colegios abiertos y patrocinados por nuestra Iglesia”, tanto en radio como por el “Boletín de Información Religiosa” que se publicaba en castellano e inglés. Ello hizo que al decantarse la guerra por el bando franquista tuviera que exilarse a Francia y en 1940 llegó a México. Allí trabajó intensamente, llevando una vida ejemplar, difundiendo el Evangelio como pastor y también ejerciendo una loable actividad magisterial.
Cultivó la poesía, el drama y el ensayo, todo en favor de una expresión más clara y más honda de la fe evangélica. Su libro Puede ser... Poemas de lo infinito (Madrid 1921), va encabezado por un prólogo del inmortal poeta español Manuel Machado.
Poco después de empezar la Guerra Civil, se trasladó de Málaga a Barcelona. En la capital condal, por la intervención de IndalecioPrieto, Ministro de la Segunda República, formó parte del Departamento de Publicidad de la República. En este puesto denunciaba –dice en su autobiografía– “todos los acontecimientos nefastos perpetrados por las huestes franquistas contra los ministros,los templos, los seminarios y los colegios abiertos y patrocinados por nuestra Iglesia”, tanto en radio como por el “Boletín de Información Religiosa” que se publicaba en castellano e inglés. Ello hizo que al decantarse la guerra por el bando franquista tuviera que exilarse a Francia y en 1940 llegó a México. Allí trabajó intensamente, llevando una vida ejemplar, difundiendo el Evangelio como pastor y también ejerciendo una loable actividad magisterial.
Cultivó la poesía, el drama y el ensayo, todo en favor de una expresión más clara y más honda de la fe evangélica. Su libro Puede ser... Poemas de lo infinito (Madrid 1921), va encabezado por un prólogo del inmortal poeta español Manuel Machado.