Cunningham, Loren
N. en Arizona (Estados Unidos). Su abuelo era un evangelista itinerante, así como su padre y su madre. “Mis padres —escribe— iban allí donde creían que Dios les decía que fueran”. A los trece años de edad sintió el llamado para convertirse en predicador, como era casi toda su familia.
Estudió en el Instituto Bíblico Central de Springfield (Missiouri) de las Asambleas de Dios, a las que pertenecían sus padres. Fue ordenado pastor de la citada denominación, hasta que en 1960, mientras se encontraba en las Islas Bahamas, tuvo la visión de la doble tarea de amar a Dios con todo el corazón, y al prójimo como a uno mismo, como la llama, o mejor, la ola que iba a inundar todo el mundo con el mensaje y la obra del Evangelio y conocerse como Juventud Con Una Misión (JCUM).
“Con los ojos de mi mente —dice— veía un mapamundi vivo que se movía. Las olas llegaban a los continentes, y avanzaban hacia dentro hasta que todas las naciones fueron cubiertas. Luego, al mirar, las olas se convirtieron en jóvenes de todas las razas. Eran de mi edad y aun más jóvenes, hablando a la gente en las esquinas de las calles y a la entrada de los bares. Yendo de casa en casa. Ayudando a los marginados y hambrientos. Cuidando a la gente dondequiera que iban.” Más de 10.000 jóvenes de muchos países participan cada año en la proclamación y demostración del Evangelio por todo el mundo, en la tradición de los jóvenes seguidores de san Patricio de Irlanda, de san Francisco de Asís, de John Wycliffe y los “lolardos”, así como de John Wesley (v.) y sus predicadores itinerantes.
El barco Anastasis, tripulado por personal de JCUM, visita las ciudades portuarias para presentar el evangelio con conferencias y conciertos a bordo. También ha contribuido en operaciones de emergencia, con un equipo médico calificado y gran capacidad de almacenaje de abastecimientos. El barco ha colaborado en auxiliar a los indios de Guatemala y en las islas de Fiji y Tonga, afectadas por los huracanes.
En 1970 estableció el primer centro de formación de evangelismo en Lausana (Suiza), que en la actualidad se ha multiplicado por cien en todos los continentes. Desde 1979 las Naciones Unidas concedieron a los equipos de JCUM responsabilidad en a ayuda médica, distribución de ropa y alimentos; adaptación cultural, cuidado de niños y administración de campos de refugiados en Hong Kong y Tailandia. Asimismo ayudan a paliar el hambre y el sufrimiento en América Central, Africa Orientas y Nueva Delhi, entre los huérfanos de las calles de Brasil y los ocupantes ilegales de los edificios en Filipinas.
Dada su prioridad en movilizar a los jóvenes como las “extremidades” y “articulaciones” de la Iglesia, JCUM se mueve en un contexto ecuménico.
Estudió en el Instituto Bíblico Central de Springfield (Missiouri) de las Asambleas de Dios, a las que pertenecían sus padres. Fue ordenado pastor de la citada denominación, hasta que en 1960, mientras se encontraba en las Islas Bahamas, tuvo la visión de la doble tarea de amar a Dios con todo el corazón, y al prójimo como a uno mismo, como la llama, o mejor, la ola que iba a inundar todo el mundo con el mensaje y la obra del Evangelio y conocerse como Juventud Con Una Misión (JCUM).
“Con los ojos de mi mente —dice— veía un mapamundi vivo que se movía. Las olas llegaban a los continentes, y avanzaban hacia dentro hasta que todas las naciones fueron cubiertas. Luego, al mirar, las olas se convirtieron en jóvenes de todas las razas. Eran de mi edad y aun más jóvenes, hablando a la gente en las esquinas de las calles y a la entrada de los bares. Yendo de casa en casa. Ayudando a los marginados y hambrientos. Cuidando a la gente dondequiera que iban.” Más de 10.000 jóvenes de muchos países participan cada año en la proclamación y demostración del Evangelio por todo el mundo, en la tradición de los jóvenes seguidores de san Patricio de Irlanda, de san Francisco de Asís, de John Wycliffe y los “lolardos”, así como de John Wesley (v.) y sus predicadores itinerantes.
El barco Anastasis, tripulado por personal de JCUM, visita las ciudades portuarias para presentar el evangelio con conferencias y conciertos a bordo. También ha contribuido en operaciones de emergencia, con un equipo médico calificado y gran capacidad de almacenaje de abastecimientos. El barco ha colaborado en auxiliar a los indios de Guatemala y en las islas de Fiji y Tonga, afectadas por los huracanes.
En 1970 estableció el primer centro de formación de evangelismo en Lausana (Suiza), que en la actualidad se ha multiplicado por cien en todos los continentes. Desde 1979 las Naciones Unidas concedieron a los equipos de JCUM responsabilidad en a ayuda médica, distribución de ropa y alimentos; adaptación cultural, cuidado de niños y administración de campos de refugiados en Hong Kong y Tailandia. Asimismo ayudan a paliar el hambre y el sufrimiento en América Central, Africa Orientas y Nueva Delhi, entre los huérfanos de las calles de Brasil y los ocupantes ilegales de los edificios en Filipinas.
Dada su prioridad en movilizar a los jóvenes como las “extremidades” y “articulaciones” de la Iglesia, JCUM se mueve en un contexto ecuménico.