Conner, Walter Thomas
Nació en el estado de Arkansas (EE.UU.). Convertido en la adolescencia, fue ordenado al ministerio bautista a la temprana edad de 22 años. Estudió en la Universidad de Baylor (B.A. y M.A.), en el Seminario Teológico de Rochester (1908-10), donde tuvo por profesor a A.H. Strong, y en el Seminario Teológico Bautista del Sur (1916), con E.Y. Mullins (v.) como profesor. Allí se doctoró en teología (1916) y posteriormente en filosofía (1931).
Fue profesor durante 39 años en el Seminario Teológico del Sudoeste, en la cátedra de Teología Sistemática, y pastor de la Iglesia Bautista Grambrell de Forth Worth (Texas). En 1907 contrajo matrimonio con Blanche Ether Horne.
Su teología representa la influencia combinada de Carroll (v.), Strong y Mullins (v.). Agustiniano en las doctrinas de la elección y la predestinación, pero más en línea con la posición luterana que la calvinista, en cuanto que enseñaba que “Dios no salva al pecador, debido a la perversidad y a la obstinada incredulidad del pecador. De donde se colige que la razón que tiene Dios para no salvar al pecador está en su conocimiento anticipado de la incredulidad del pecador... Dios lo deja en su propia condenación ya que el hombre no permite que lo salven” (DC 196-7).
Aunque respecto a la 2ª Venida de Cristo se consideró a sí mismo postmilenialista, su doctrina cae más dentro del amilenialismo moderno, tal y como es defendido por Hendriksen (v.) y Hoekema (v.).
Fue profesor durante 39 años en el Seminario Teológico del Sudoeste, en la cátedra de Teología Sistemática, y pastor de la Iglesia Bautista Grambrell de Forth Worth (Texas). En 1907 contrajo matrimonio con Blanche Ether Horne.
Su teología representa la influencia combinada de Carroll (v.), Strong y Mullins (v.). Agustiniano en las doctrinas de la elección y la predestinación, pero más en línea con la posición luterana que la calvinista, en cuanto que enseñaba que “Dios no salva al pecador, debido a la perversidad y a la obstinada incredulidad del pecador. De donde se colige que la razón que tiene Dios para no salvar al pecador está en su conocimiento anticipado de la incredulidad del pecador... Dios lo deja en su propia condenación ya que el hombre no permite que lo salven” (DC 196-7).
Aunque respecto a la 2ª Venida de Cristo se consideró a sí mismo postmilenialista, su doctrina cae más dentro del amilenialismo moderno, tal y como es defendido por Hendriksen (v.) y Hoekema (v.).