Apocalipsis Interpretación eficaz hoy

El propósito del autor no es presentar un estudio exegético, sistemático o por capítulos, del libro de Apocalipsis, sino identificar, exponer y explicar algunos de sus temas en particular que estima de especial interés para los creyentes de del mundo hispano. Cada tema es evaluado sosegadamente en sus raíces bíblicas y en algunos casos extra-bíblicas, buscando las implicaciones de sus enseñanzas para los creyentes en el día de hoy. Su objetivo no es estudiar el Apocalipsis como la descripción o anuncio del futuro de la iglesia o de la humanidad, sino evaluar y ponderar su contenido desde la perspectiva teológica e histórica, para descubrir, afirmar y disfrutar el mensaje de consolación y esperanza que encierra para los creyentes de todas las edades y generaciones.

Utiliza la Introducción para informar al lector respecto a su metodología, que centra en cinco características primordiales:

1. Rigor académico y científico al tratar los temas, evaluándolos desde una sobria perspectiva histórica y teológica.

2. -Discernimiento entre lo esencial y lo periférico, evitando que el simbolismo  lleve al lector a divagaciones superfluas, resultados incoherentes, conclusiones inadecuadas o decisiones heréticas.

3. Discernimiento entre lo esencial y lo periférico, evitando que el simbolismo  lleve al lector a divagaciones superfluas, resultados incoherentes, conclusiones inadecuadas o decisiones heréticas.

4. Estudio de Apocalipsis dentro del marco general de la Escritura, analizando sus relaciones, implicaciones y consecuencias con el conjunto del pensamiento bíblico y teológico pasado y actual.

5. Contextualización de su enseñanza.

Sobre esta base, y tras un interesante apartado sobre el apocalipticismo en la poesía, con el que concluye la introducción, desarrolla su estudio temático en la siguiente forma:

El capitulo primero introduce al lector en la literatura profética y apocalíptica en la Biblia, explicándole qué es el lenguaje figurado y la importancia del análisis correcto del mismo parra llegar a una comprensión adecuada del Apocalipsis.

En el capitulo segundo expone el contenido y estructura del Apocalipsis, y analiza las diferentes formas de interpretación: La ahistórica, poética, espiritual o idealista; la histórica; la futurista, dispensacionalista o mileniarista; y la preterista o crítica, que es la que plantea como más la adecuada y sobre la que basa su contextualización práctica.

El capitulo tercero se centra en el simbolismo apocalíptico como forma de comunicación cuando el lenguaje tradicional se queda limitado ante la descripción de lo inefable y eterno; y utiliza como ejemplo una de sus imágenes más famosas: la bestia y el «666», que debate con amplitud.

El capitulo cuarto aborda el tema de la parusía y el día del Señor. Los orígenes de la doctrina de la Segunda Venida de Cristo y sus raíces en el A.T. y en el N.T. Sin olvidar sus perspectivas contemporáneas en la Iglesia actual y las consecuencias que de ello derivan.

El capitulo quinto, que titula “Las siete copas de la ira de Dios”, trata sobre el juicio y castigo. Analiza los conceptos de juicio divino en las religiones antiguas, en la Biblia hebrea, y en el N.T., concluyendo con una equilibrada  exposición sobre el difícil tema de juicio, fe y obras.

El capitulo sexto debate el tema de “La gran batalla del Armagedón”, mediante una breve pero iluminadora exposición histórica sobre el concepto de guerra santa, en las culturas antiguas, en Israel y en el Islam, un examen de los documentos hallados en Qumrán al respecto, y sus correspondientes conclusiones.

El capitulo séptimo pone punto y final a la obra con la propuesta de un ministerio apocaliptico. Que no hay que confundir –aclara el autor– con predicar el día final y anunciar la llegada inminente y real de las plagas y calamidades descritas en la visión de Juan, sino en relacionar el mensaje del vidente con la situación concreta que viven los cristianos en el mundo, en nuestro caso la Hispanoamérica del siglo veintiuno. Un mensaje de esperanza y consolación, al cual aporta sus particulares propuestas.

Una obra extraordinaria, que como tan acertadamente afirma el su prólogo el Dr. Luis N. Rivera:

“Conjuga las investigaciones eruditas del Nuevo Testamento con las inquietudes cotidianas del pueblo de fe. Vincula el lenguaje preciso de un profesor de teología, con la palabra edificadora del pastor a quien le interesa la salud espiritual de los creyentes”. El deseo expreso de su autor es que “ayude a pastores y predicadores a comprender mejor y actualizar el mensaje esperanzador y transformador del vidente Juan en sus sermones y estudios…y que llegue no solo a los seminarios y las universidades, sino a las comunidades eclesiales, a los hombres y mujeres de fe que desean hacer pertinente su fe y vivir con sentido de futuro, esperanza y seguridad, en medio de la sociedad en que vivimos: cambiante, agresiva, injusta y violenta”