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09. ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista



¿Son vigentes el don de lenguas, el de profecía y el de sanidad? Los cesacionistas creen que no. Los continuistas mantiene que sí. Algunos, como pentecostales, carismáticos y "Tercera Ola" opinan que son esenciales. Y otross, de perspectiva abierta pero cautelosa, responden con un tímido "quizás". ¿Cuál es la respuesta correcta? ¿Hay una respuesta?

Ente libro plantea el debate abierto sobre las cuatro posturas, expuestas y defendidas por destacados y calificados representantes de cada una de ellas, coordinados por un Editor General de la talla de Wayne A. Grudem.

Su propósito es ayudar a los cristianos de diferentes perspectivas a entender mejor su propio posicionamiento y los posicionamientos de los demás.

Pertenece a una serie de libros denominada CUATRO PUNTOS DE VISTA que tratan diversos temas doctrinales conflictivos exponiendo y confrontando las diferentes posiciones:

MUJERES EN EL MINISTERIO - CUATRO PUNTOS DE VISTA

LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN - CUATRO PUNTOS DE VISTA

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¿Cómo actúa el Espíritu Santo en las iglesias de hoy? ¿Realiza sanidades milagrosas, da profecías y mensajes en lenguas? ¿Otorga a los cristianos un nuevo poder para ministrar cuando experimentan “el Bautismo del Espíritu Santo” después de la conversión? ¿Expulsa a los demonios cuando los cristianos lo ordenan?

O, tal vez, ¿son estas cosas reliquias de un pasado distante, del tiempo en el que se estaba escribiendo el Nuevo Testamento y los apóstoles estaban vivos, dirigían, enseñaban (y hacían milagros) en las iglesias?

En la respuesta a estas preguntas, hay muy poco consenso entre los evangélicos. Muchos pentecostales afirman que los cristianos deben buscar el bautismo del Espíritu Santo después de la conversión, ya que esta experiencia resulta en un nuevo poder espiritual para el ministerio. Otros evangélicos, sin embargo, responden que su bautismo en el Espíritu Santo tuvo lugar simultáneamente con su conversión, y no precisan de otras experiencias extrañas ni sensaciones espectaculares. ¿Quién tiene razón? ¿Cuáles son los argumentos de cada postura?

Como añadidura a estas preguntas, existen también muchas diferencias sobre los dones espirituales extraordinarios. ¿Puede alguien tener en el día de hoy el don de profecía, de modo que Dios le revele al él directamente cosas y él revelárselas a los demás? O ¿se circunscribe ese don al tiempo en que no había aún Nuevo Testamento porque se estaba escribiendo y forjando, es decir, el primer siglo d.C.? Y ¿qué hay de las sanidades? Cuando los cristianos oran hoy en día por un enfermo: ¿pueden y deben esperar que Dios la sane frecuentemente de manera milagrosa? ¿Pueden haber hoy en día personas dotadas de un don especial de sanidad? o ¿debemos al orar debemos esperar que Dios realice la sanidad a través de los medios normales, la medicina actual?

En lo que atañe al don de lenguas, hay todavía menos consenso. Algunos cristianos dicen que es una ayuda útil en su vida de oración. Otros afirman que es una señal de haber sido bautizado en el Espíritu Santo. Y están convencidos de que en la actualidad no se da ni existe, porque fue una forma de revelación verbal que Dios utilizó temporalmente cuando el Nuevo Testamento fue había sido completado y desapareció al cerrarse el canon.

Podríamos seguir con más preguntas sobre si el Espíritu Santo nos guía en la actualidad a través de sentimientos e impresiones de su voluntad; acerca de la guerra espiritual; acerca de expulsar demonios; sobre sí la evangelización debe ir acompañada por demostraciones del poder milagroso de Dios. Pero suponemos que la idea ha quedado suficientemente clara: estamos ante un área de debate amplio e interesante, de inmensa importancia para la Iglesia de hoy.

¿Existe algún una vía intermedia en el tema de los dones del Espíritu entre cesacionistas y continuistas? Ante todo corresponde definir claramente cuáles son en realidad sus posturas y puntos de vista. Si logramos esto, ya hemos recorrido la mitad del camino. ¿Cuáles son realmente sus posturas?

Los llamados cesacionistas, (el grupo de creyentes que entiende que los dones milagrosos cesaron tras la muerte de los apóstoles) argumenta que en la actualidad no existen tales dones milagrosos. Los dones como el de profecía, el hablar en lenguas y las sanidades, estaban circunscritos al primer siglo, y fueron utilizados exclusivamente cuando los apóstoles establecían las iglesias, y el Nuevo Testamento aún no había sido completado. Una posición bien definida y defendida tanto por lo que se conoce como “iglesias históricas”(Luteranos, Reformados o Calvinistas, Anglicanos, Metodistas): como por la mayoría de los movimientos evangélicos (Bautistas, Asambleas de Hermanos, etc.).

En clara oposición a los cesacionistas están los continuistas, integrados en tres grupos que promueven el uso de los dones milagrosos hoy en día: Pentecostales, Carismáticos y Tercera Ola. Aunque la gente utiliza a menudo los términos “pentecostal” y “carismático” de forma indiscriminada para referirse a cualquiera de los tres grupos, existen diferencias importantes, y se entiende mejor haciendo una distinción:

Pentecostal, se aplica a cualquier denominación o grupo que tenga sus orígenes en el avivamiento pentecostal que comenzó en los Estados Unidos en 1901, y que mantiene la siguientes doctrinas:

(1) Todos los dones del Espíritu Santo mencionados en el Nuevo Testamento permanecen en la Iglesia y siguen activos en el día de hoy,

(2) El Bautismo del Espíritu Santo es una experiencia poderosa que sigue a la conversión, y debe ser buscada ardientemente por los cristianos en la actualidad.

(3) Cuando el Bautismo del Espíritu Santo tiene lugar, como “señal” de que han vivido esa experiencia, las personas que lo han experimentado hablan en otras lenguas.

Los grupos pentecostales normalmente tiene sus propias estructuras denominacionales distintivas, entre las cuales están las Asambleas de Dios, los Concilios Pentecostales, la Iglesia de Dios en Cristo, y muchas otras.

Carismático, por su parte, se refiere a cualquier grupo de creyentes que tenga sus orígenes en el movimiento de renovación carismática de los años 60 y 70, y busque practicar todos los dones milagrosos mencionados en el Nuevo Testamento (incluyendo profecía, sanidad, milagros, hablar en lenguas, interpretación y discernimiento de espíritus, etc.). Entre los grupos carismáticos existen diferentes puntos de vista sobre si el Bautismo del Espíritu Santo es subsiguiente a la conversión y si hablar en lenguas es una señal del mismo o no. Por lo general los grupos carismáticos se han abstenido de formar sus propias denominaciones, pero se ven a sí mismos como una fuerza renovadora dentro de aquellas a las que pertenecen, tanto en las iglesias protestantes como en la iglesia católica romana.

La llamada "Tercera Ola", surgió en los años 80 de la mano de C. Peter Wagner, profesor de Misiones del Seminario Teológico Fuller. Anima a todos los creyentes a utilizar los dones milagrosos del Nuevo Testamento en la actualidad, y sostiene que toda proclamación del Evangelio debe ir acompañada, habitualmente, por “señales, milagros y grandes maravillas”, según el patrón del Nuevo Testamento.

El presente libro ofrece un foro de debate imparcial donde comparar las cuatro perspectivas. Un destacado representante de cada una de estas líneas de pensamiento presenta su posición, acompañada de los comentarios y la crítica de las perspectivas opuestas.

Una obra excelente, divulgativa, objetiva, necesaria y muy útil.

Información adicional
ISBN 9788482674346
Autor Grudem, Wayne
Encuadernación Rústica fresada
Idioma es
Páginas 384
Medidas 14.2 x 23 cm